5/09/2014

Nuevo blog!!!

Hola amigos bloggeros, me he creado un nuevo blog un poco más personal. Será tipo un diario personal, pero os invito a que lo leáis y comentéis lo que os pareza. No me vendría nada mal un poco de ayuda en algunos temas. Espero que os paséis. Aquí os dejo el link:
http://mebetweenthebars.blogspot.com.es/

6/30/2013

Para siempre (30, 31, 32)

CAPITULO 30

Bea y Ángela se quedan solas en el comedor y empieza un interrogatorio por parte de Bea. Ángela le responde a todas sus preguntas rápidamente, sonrojándose un poco en cada contestación, ya que es la hermana de su novio.

-¿Te dejan venir a la casa de la playa mañana?- Pregunta finalmente Bea.
-¡Sí!
-Jo, ¡qué bien! Ya verás que bien nos lo vamos a pasar. Estoy segura de que pasaran muchas cosas.

De repente ven a Sergio bajando las escaleras de su casa con una gran sonrisa en la cara. Sabe que abajo, en el comedor le espera Ángela, y tiene muchas ganas de pasar tiempo con ella. Sergio cuando ve a Ángela le sonríe todavía más y Ángela le devuelve la sonrisa.
Bea cuando se da cuenta de la situación coge un cojín y se tapa la cara.
Ángela y Sergio se ríen de ella.


Entonces entra Roberto, el padre de Bea y Sergio, y dice:

-¡Hola familia! Ya estoy en casa.

Bea al oírle va corriendo hacia él y le salta encima. Su padre se echa hacia atrás e intenta quitársela de encima. Roberto entra en el comedor y de repente sale su mujer de la cocina. Antonia emocionada le cuenta a Roberto las noticias.
-¡Roberto! ¡Que tu hijo y la hija de Pedo están saliendo juntos!
Roberto se sorprende y de repente los ve a los dos levantándose del sofá.
-Hola papá.- Dice Sergio.
-¡Hola Ángela! Me alegro mucho de verte. ¿Qué tal en Italia? ¿Qué tal tus padres? ¿Y el pequeño Lucas? Que bien que estés saliendo con mi hijo. Hacéis buena pareja.
Bea y Sergio contemplan la escena atónitos. El padre de Bea ni siquiera deja contestar a la pobre Ángela.
-Pues todo genial, nos hemos divertido mucho en Nápoles, mi padre ha arrasado en todos los bufets.- Consigue decir Ángela.
-¡No me esperaba menos de tu padre!
Risas de fondo.

-Venga vamos todos a comer que los chicos tienen que preparar las maletas.- Interrumpe Antonia.
-Es verdad, que mañana os vais a la playa.- Dice el padre.
Los chicos asienten y se sientan en la mesa. Ángela se sienta entre Bea y Sergio para sentirse más cómoda. Antonia les sirve la comida y empiezan todos a comer.

Cuando terminan todos de comer se levantan de la mesa y ayudan a entrar los platos. Después Ángela, Sergio y Bea se sientan en el sofá.
-Ahora voy a casa de Silvia a ayudarle a preparar su maleta. ¿Quieres venir?- Le pregunta Bea a Ángela.
-Mejor me quedo aquí un rato que luego tengo que hacer yo mi maleta.
-Sí, y me ayudará a preparar la mía.- Dice Sergio sonriendo.
-Vale chicos yo me voy, pasarlo bien.- Bea se despide y sale por la puerta.

Entonces aparecen los padres de Sergio en el comedor y Roberto les dice a los chicos:
-Nosotros nos vamos a tomar café con tus padres ahora Ángela.
-Ah bien, pasarlo bien.
Ángela y Sergio se despiden, parece que se han quedado solos.

En casa de Silvia…

Silvia oficialmente se ha vuelto loca. Han llegado Mariela y José, sus padres y la están estresando mucho.
-Llévate ibuprofenos por si te encontraras mal.
-Vale papá…
-No te olvides de la crema para que no te piquen los mosquitos.
-No mamá…
-Acuérdate de coger una toalla.
-Si papá…
<<Que pesados son mis padres, que agobio. Menos mal que ahora viene Bea a echarme una mano>>.
De repente suena el timbre y Bea entra en su habitación.
-Hola Silvia, me han abierto tus padres. A ver ¿qué te pasa?
-¡Que no sé qué más llevarme y mis padres me están poniendo nerviosa!- Grita Silvia

Entonces Bea se dirige al armario de su amiga y empieza a meterle ropa en su maleta.
-Ves eligiendo tú los zapatos y ponlos en bolsas.
-Vale. ¡Eh, cuéntame sobre Ángela y Sergio!
Silvia llama por teléfono a Miriam y pone el altavoz en el móvil. Bea empieza a contárselo todo a sus amigas.

En casa de Sergio…

-No hacen nada interesante en la tele.- Se queja Ángela.
-Vamos a poner una película. ¿Cuál te gustaría ver?
Ángela se arrodilla delante del montón de películas que tiene Sergio en un armario y parece que al final se decide por ver Ratatouille.
-¡Vamos a ver esta!- Dice Ángela.- Es mi película de dibujos favorita, y parece que solo tienes películas de dibujos.
-Sí, son las mejores.- Asiente Sergio mientras coge la película y la mete en el DVD.
Ángela se sienta en el sofá y espera a que su novio ponga la película.
-Ya está.- Dice el chico.
A continuación se sienta al lado de Ángela.


CAPITULO 31

Ángela parece un poco tensa. Hay mucho silencio. Le entra un escalofrío y Sergio lo nota.
-¿Tienes frío?
-Un poco.
-Hace muy mal día hoy para ser verano.- Se queja Sergio mientras se quita la camiseta para dejársela a Ángela.
Ángela le mira embobada. ¡Es tan guapo! Ella coge la camiseta de Sergio y se la pone por encima de su camiseta de tirantes. Está muy cómoda y huele a él. Es una camiseta de Bob Marley, uno de los cantantes favoritos de Sergio. Sergio se levanta del sofá y va a por una manta. Se echan la manta por encima y empiezan a ver la película. Sergio la coge por los hombros y ella apoya la cabeza en su hombro izquierdo. Empieza a sentirse cada vez más cómoda con él. Le encanta.
-Me está empezando a entrar hambre de ver tanta comida en la película.- Dice Ángela tocándose la tripa.
-En el congelador hay helado de Häagen-Dazs de dulce de leche. ¿Te gusta?
-Me encanta.- Dice Ángela.
-Pues cógelo, está en el congelador.
Ángela se destapa y se dirige al congelador. Saca un bote de helado y coge dos cucharas.
-Es como si estuvieras en tu casa.- Le dice Sergio.
-Lo sé, se dónde está todo.
Se sienta otra vez en el sofá y vuelve a taparse. Abre el bote de helado y coge un poco con la cuchara. A continuación se lo come. Sergio se queda mirándola.
-¿Quieres eh?- Le pregunta Ángela con una sonrisa en la cara.
-Solo si tú me das.
Ángela vuelve a recoger un poco de helado con la cuchara y le da un poco a su novio.
-Está muy rico.- Dice Sergio.- Pero seguro que estaría mejor si me lo das de otra forma.
Ángela sin pensárselo más se llena la boca de helado, se acerca a él y le besa. Sergio se separa de ella.
-Ves, mucho mejor.
Ambos se ríen y a continuación Sergio coge un poco de helado con el dedo y se lo pone en la nariz. Ángela no puede evitar sonreír. ¡Le gusta tanto! Ella coge un poco con el dedo y se lo pone en los labios y luego le besa. Y así están hasta que suena el teléfono de la casa. Sergio se sorprende y se lanza sobre él.
-¿Quién es?- Pregunta.
-Hola Sergio, ¡soy Celia!
-Ah Hola Celia, ¿Cómo estás?
-Estoy bien. ¿Te ha dicho Álvaro que no podré ir a tu casa?
-Sí, es una lástima. Habrá mucha gente allí.
-No pasa nada. Intentaré bajar algún que otro día por la noche con Jesús. ¿Qué iba a decirte? ¡Ah sí! Mañana ponen las notas de los exámenes por internet.
-Vale Celia, gracias por recordármelo, ya ni me acordaba del examen. Tengo que dejarte, estoy ocupado.
-Vale Sergio, que tengas suerte con la nota.
-Lo mismo te digo, Adiós Celia.
-Adiós Sergio.

Ángela levanta la cabeza y mira a su novio.
-¿Quién era?- Le pregunta.
-Una amiga mía. Llamaba para recordarme que mañana nos dicen la nota del examen que hicimos ayer.
-Ah que bien.
-Álvaro, mi amigo, está totalmente colado por ella y nos ha dicho que no podrá venir a la casa de la playa. Pobre Álvaro, se ha llevado una decepción… Pensaba decirle lo que sentía por ella allí, pero si no viene…
-Bueno, estoy segura de que podrá decírselo en cualquier momento.
-Sí, vendrá algún día, tendrá su oportunidad. ¿Te apetecen palomitas?
-¡Claro!
Bien, voy a prepararlas.
Ángela se tumba en el sofá y se queda completamente dormida mientras Sergio hace las palomitas.
Cuando Sergio la ve deja las palomitas encima de la mesa, se tumba a su lado y también cierra los ojos. Estaba muy cansado de la noche anterior.

En casa de Silvia…

Silvia y Bea por fin han terminado de preparar la maleta. Bea le pide a Silvia que le acompañe a su casa a por el bocadillo y a por el pijama y luego se quedaría a cenar y a dormir en casa de Silvia.
Cuando las dos llegan a casa de Bea hay mucho silencio. Solo se oye la televisión de fondo.
-¿Hola?- Dice Bea para comprobar si hay alguien en casa.
Bea y Silvia se acercan al salón y ven a Sergio y a Ángela dormidos en el sofá abrazados. Sergio va sin camiseta y Ángela lleva su camiseta de Bob Marley.
-Y es el primer día que llevan saliendo…- Dice Silvia en voz baja.
-Calla tonta que no habrán hecho nada.

Entonces Sergio se despierta y se incorpora.
-Hola, ¿Qué pasa? Nos hemos quedado dormidos.
-Ya lo veo.- Cuando vengan papá y mamá diles que me quedo hoy en casa de Silvia.
-Vale.
-Bea y Silvia entran a la cocina todavía un poco en shock.
Ángela se despierta.
-Hola, ¿Qué nos ha pasado?- Pregunta ella con un hilo de voz.
-Nos hemos quedado dormidos.- Le responde él sonriendo.
Ella se levanta y besa a su novio.
-Me ha parecido oír la voz de tu hermana.
-Si están en la cocina.- Le indica Sergio.- Voy a ducharme y luego subes y me ayudas a preparar mi maleta. Luego vamos a tu casa.
-Vale.
Y vuelve a besar a su novio en la boca.

Lo ha pasado muy bien con él, está realmente feliz. No puede evitar sonreír todo el tiempo.

Ángela entra en la cocina y se encuentra con sus dos amigas. Estas le ven y corren hacia ella. Otro interrogatorio.
-No, no ha pasado nada. ¿Qué iba a pasar?- Insiste Ángela.
-¿Por qué llevas su camiseta?- Pregunta Bea.
-Tenia frío.- responde Ángela.
-Es verano.
-Bueno dejarlo estar.- Dice Ángela y a continuación sonríe.
-Mira que feliz está.- Dice Silvia.
-Ya lo veo, está enamorada.- Responde Bea.

En casa de Miriam…

Miriam ya tiene hechas las maletas. Como se aburre mucho se tumba en la cama, coge el portátil y se conecta al Messenger. ¡Héctor está conectado! Pero antes de que ella le hable se abre una pestaña y se oye un sonido. Él le ha hablado primero.

-Hola Miri.
-Hey, Hola Héctor. ¿Quieres hablar por la cam?
-Claro, ahora la conecto.
En unos instantes aparece la cara de Héctor en el ordenador.
-Así mejor.- Dice Miriam.- ¿Me ves tú a mí?
-Sí. ¿Cómo estás?
-Estoy genial, mañana me voy a la casa de la playa esa que te dije.
-¡Es genial! El sábado voy a estar cerca de por ahí con mis primos. Podría pasarme y verte. Me hace mucha ilusión.
-¡Alá! Eso sí sería genial. Tengo muchas ganas de verte en persona Héctor. Me gustas mucho.
-Tú también me gustas a mí y lo sabes.
-Sí, lo sé. Conocerás  a mis amigas.
-Por lo que me has contado de ellas seguro que me caen genial.
-Seguro que sí.
-Estas preciosa esta noche Miriam. Ahora tengo que irme. Mañana tengo el último examen de la universidad.
-Gracias. Que tengas mucha suerte con el examen mañana guapo. Ya me llamaras para ver que tal.
-Claro que lo haré. Adiós, te quiero.
-Te quiero también…

De repente deja de ver su imagen en la pantalla y Héctor aparece como desconectado.
Miriam resopla y se pone a escuchar música. Suena en su habitación Just give me a reason de Pink. Está a la vez triste y feliz. Feliz porque por fin va a ver a la persona que quiere y triste porque todavía quedan cuatro días para el sábado.

En casa de Bea…

Bea y Silvia salen de casa.
Sergio sale de la ducha y le dice a Ángela que suba arriba para ayudarle.
-Esta camiseta me gusta.- Dice Ángela sujetando una camiseta de su novio.
-Ponla en la maleta.
-Y esta, y esta… Son todas una pasada, me encanta tu ropa. Eres muy pijo.- Dice Ángela mientras dobla las camisetas y las mete en la maleta.
Sergio le mira y le sonríe mientras guarda sus juegos de la play station en una bolsa.
-¡Creo que ya está todo! Bueno, faltarán las cosas de aseo, pero eso a última hora.
-Gracias por ayudarme.
Sergio se acerca a ella y le dice al oído:
-¿Sabes qué? Parece que llevemos juntos más de un año.
-Es verdad. El día ha sido muy completo, hemos estado todo el día juntos. Y me ha encantado, de verdad.
-A mí también.

Después de esto se van a casa de Ángela y hacen su maleta juntos. Cuando los padres de Ángela llegan invitan a Sergio a quedarse a comer.



6/29/2013

News.

Vale lectores y lectoras, lo he pensado bien y creo que si voy a continuar la historia de Para Siempre, pero la otra historia también tiene buena pinta. Espero sorprenderos.

Nueva historia

Hola queridos lectores y lectoras.
He tenido muchos exámenes como antes había dicho. Pero como os prometí voy a seguir escribiendo ahora en verano. No se si podré continuar con la historia de antes de 'Para Siempre'. Me resulta un poco complicado continuarla. Pero he empezado una nueva historia. Intentaré subir el primer capítulo mañana.
Muchos besos amigos.

1/02/2013

¡Hola a todos!
No he podido escribir desde verano porque he tenido muchos exámenes y requería mucha concentración por mi parte. Espero que en las próximas vacaciones pueda escribir otro capítulo y subirlo. Muchas gracias por vuestra paciencia.
Saludos, Paula.

8/13/2012

Para Siempre (del 17 al 29)

CAPITULO 17



Han pasado casi diez minutos desde que Ángela se ha metido en el baño. Bea está un poco preocupada. A Ángela es a la que peor le sienta la bebida. Siempre que salen de fiesta y bebe un poco le pasa lo mismo. Miriam y Silvia ya se han metido en la cama. Se han tumbado en el colchón que han sacado de debajo de la cama de Bea

-Chicas, creo que debería ir a ver qué tal está.
-Vale. ¿Te acompaño?- Pregunta Miriam.
-No, da igual.

Bea sale de su habitación y va directa hacia el baño. Se detiene delante de la puerta y llama.

-Ángela, ¿estás bien?
-Sí- Responde la chica con un hilo de voz.

Pero su amiga sabe que miente, porque oye que su amiga esta vomitando.

-¿Quieres que entre?- Le pregunta ésta.
-No, salgo enseguida.

Bea decide esperar en la puerta del baño hasta que salga su amiga. Dentro del baño, Ángela se incorpora conforme puede, tira de la cadena. Se lava la boca con un poco de agua y a continuación las manos. Después coge un coletero de su brazo y se hace un moño mal hecho. Respira hondo y sale del baño. Su amiga la está esperando fuera.

-Dios, que cara que me llevas.- Le dice Bea.
-Ya sabes que yo y la bebida no somos muy compatibles.- Le dice Ángela.

Las dos entran en la habitación. Silvia se ha dormido ya y Miriam está a punto de hacerlo.Bea y Ángela entran sin hacer ruido en la habitación y se acuestan en la cama. Bea apaga la luz y dice muy bajito

-Buenas Noches.

Miriam y Ángela le responden con un susurro. 

-Buenas noches. 

Son las dos de la madrugada y los padres de Bea todavía no han vuelto. Pero Bea piensa que ha sido lo mejor. Porque menos mal que no se han enterado de nada de lo que ha pasado esa noche.Bea deja de pensar y por fin se duerme, como el resto de sus amigas.

CAPITULO 18



Suena la alarma en la habitación de Sergio. Las siete. Sergio se levanta con desgana y se va al baño. Se ducha, se peina y sale rápidamente. Entra en su cuarto. Se viste y baja a la cocina. Las siete y media. En menos de diez minutos llegará Celia a recogerlo. Se coge un zumo de naranja, se lo bebe sin ganas. Se hace café y se prepara dos tostadas. Será mejor que empiece el día con energía.Cuando se termina el desayuno sube de nuevo a su habitación. Se echa un poco de colonia, coge sus apuntes y se dirige hacia la escalera.

Su madre se ha despertado y ambos bajan juntos al salón.

-Cielo, ¿ya te vas?- Le pregunta su madre.
-Ya casi…
-¿Te preparo un café?
-No mamá, ya me lo he hecho yo. Vete a dormir que tienes una cara de sueño...
-Vale hijo. Que te salga muy bien el examen y no te pongas nervioso.
-Vale mamá. 

Dicho esto a Sergio le suena el teléfono. Es Celia. Sergio le da un beso a su madre y sale de su casa corriendo.Celia al verlo salir de su casa le sonríe y le hace un gesto con la mano para que se dé prisa. Tiene que entrar a las ocho y cuarto, y son las ocho menos cuarto. Tienen media hora para llegar. Celia pone la radio. Al momento suena payphone de Maroon5
Sergio la tararea un poco. Eso hace que Celia se ría.

-No te la sabes.
-Oh, me ofendes. Me la sé perfectamente. 

Y este sigue cantando inventándose la letra. Celia se ríe cada vez más. Es tan gracioso su amigo.

-¿No estás nervioso?- Le pregunta la chica.
-No lo estaba, hasta que me lo has recordado.

Los dos ríen de nuevo.

-¿Y tú lo estás?
-Un poco. 
-¿Poco?
-Vale mucho, ¡odio las mates!

Sergio sonríe.

-Esta noche tenemos que ir a tomar algo al pub.- Le sugiere Celia. 
-Me parece bien. Llamaremos a Manu y a los chicos.
-Vale.- Dice Celia y a continuación sonríe.

Son una pandilla de cinco amigos. Son él, ella, Manu,Jesús y Álvaro. Todos se conocieron en la universidad.

-Hemos llegado.- Dice Celia.
-Está bien. Gracias por traerme.

Dicho esto, Sergio se inclina hacia ella y le da un beso en la mejilla. 

-Mucha suerte en tu examen, Sergio.- Se despide la chica.
-Igualmente.- Dice el chico con una sonrisa en la cara.

Sergio se baja del coche y cierra la puerta. Celia lo observa. ¡Le ha dado un beso! Bueno, ya le había dado besos antes, todos en la mejilla. Pero porque son amigos. Son muy buenos amigos. Aunque Celia tenga la esperanza de que sean algo más que amigos alguna vez.

Sergio entra en el aula. Está llena de gente. Busca con la mirada a su amigo Álvaro, que también tiene que recuperar Historia.Entonces oye su nombre desde cuatro filas más arriba. Es él, lo está saludando.Sergio sube los escalones y se sienta en la silla de al lado de su amigo.

-¿Todavía no ha llegado el profesor?- Le pregunta el recién llegado.
-No, espero que no tarde mucho.
-Pff, es que son tres horas y media de examen.
-Ya lo sé tío. Me voy a quedar tonto de tanto estudiar.
-Que exagerado eres. ¿Esta noche vienes al pub?
-Claro, así me despejo un poco. 

Ambos sonríen y entonces ven que el profesor acaba de entrar en el aula.

-¡Guardar todos los apuntes! Va a empezar el examen.- Dice el profesor muy serio.

Sergio y Álvaro se desean suerte y empiezan a leer las preguntas de la hoja que les acaba de dar el profesor.Tres horas más tarde su amigo Álvaro se levanta de su silla y mira a Sergio. 

-Te espero fuera.
-Vale.

‹‹Como es posible.›› Piensa Sergio. Su amigo ya ha terminado el examen y a él todavía le faltan por completar dos preguntas.
Media hora más tarde el también termina el examen. Ha escrito cinco hojas, por las dos caras. Le duele la mano derecha. Se masajea un poco el hombro y se levanta. Baja los cuatro escalones y le entrega el examen al profesor.

-¿Como le ha salido?- Le pregunta éste.
-Bastante bien.- Dice Sergio.
-Bien, en dos días sabréis los resultados.
-Gracias.- Le responde el chico.

Sergio sale del aula y allí ve a su amigo. Está sentado apoyado en la pared y lo está esperando.

Ey Álvaro!- Grita Sergio desde la puerta.Su amigo lo mira y se levanta. 
-¿Cómo te ha salido?- Le pregunta Sergio.-Bueno, bien. Aprobar aprobaré pero bastante justo. ¿Y tú qué?
-A mi me ha salido genial. Me sabía todas las preguntas.
-Es que tú eres muy listo.- Le dice su amigo.

Los dos entran en la cafetería de la universidad y se piden un bocadillo cada uno. Son casi las doce. Es un poco tarde para almorzar, pero los chicos se morían de hambre. 

-¿Esperamos aquí a Celia?- Pregunta Álvaro.
-Sí, yo he venido en su coche, tengo que esperarla.
-Vale.

CAPITULO 19



A Álvaro le gusta mucho Celia, y Sergio lo sabe. Se lo contó hace poco. 

-Esta noche me gustaría decirle lo que siento por ella.- Le dice Álvaro a su amigo.
-Claro que tienes que hacerlo. Ojalá yo tuviera valor y se lo contara también a Ángela.
-Pues díselo, yo creo que ella te quiere tío. 
-No lo sé, Álvaro. No estoy seguro.
-Pero si estuvisteis a punto de besaros. ¿Cómo no vas a estar seguro?
-No lo sé. -Pregúntale a tu hermana si esta noche van a ir al pub, allí podréis hablar.
-Bueno, vale. Lo haré. 

Los dos se terminan sus bocadillos y se van a esperar a su amiga delante de la puerta del aula de matemáticas. Se sientan en el suelo y esperan a que salga Celia de su examen de matemáticas. Ésta no tarda en salir. 

-Hola chicos- Dice la chica un poco sorprendida.
-¿Qué tal el examen?- Pregunta Álvaro.
-Bueno, normalito. Si apruebo será un milagro.

Los tres se dirigen riendo hacia el aparcamiento. Llegan hasta el coche de Celia, el de Álvaro está un poco más lejos.

-Bueno chicos, ahora llamaré a estos para decirles que esta noche vamos al pub. Hasta luego.- dice Álvaro.
-Está bien. Adiós Álvaro.- se despide Celia.
-Adiós.- se despide también Sergio.

Celia y Sergio suben al coche y ven como se aleja su amigo.-Bueno Celia… Pon música. Esta obedece y enciende la radio. Suena when I’m gone de Simple Plan. 
Sergio automáticamente piensa en Ángela. Simple Plan es su grupo favorito, se lo contó aquel día en el bar. No puede evitar pensar en aquel día. En el casi beso, en sus ojos rojos de tanto llorar, en ellos hablando sobre sus gustos y aficiones… Le gusta mucho esa chica. La quiere para él. Así que esta noche, piensa decírselo.


En casa de Bea

Bea se despierta muy acalorada. Es normal que tenga calor, han dormido cuatro chicas en su habitación. Sus amigas siguen durmiendo y son las once y media. Ángela se despierta sobresaltada porque Bea sin querer le ha pegado una patada.

-Joder, Bea. ¡Qué susto!- Grita Ángela. 

Esto hace que todas las chicas se despierten de golpe. 

-Lo siento. ¿Queréis desayunar?
-Yo me muero de hambre.- Dice Silvia.
-Yo también.- Dice Miriam.
-Pues no se hable más. ¡Todas a desayunar!

Las chicas se visten y entran al baño de dos en dos, mientras unas se visten las otras van al baño. Cuando terminan se reúnen todas en la habitación de Bea otra vez. 

-¿Bajamos?- Pregunta Bea.
-Si.- Le responden las chicas.

Bajan las escaleras y entran al comedor. La madre de Bea les ha preparado el desayuno. Ha hecho chocolate caliente, (que ahora ya no está tan caliente) y churros.

-¡Mamá!- Grita Bea.

En esos momentos aparece su madre en el salón. 

-¡Buenos días chicas!- Dice su madre muy amablemente.
-Buenos días Antonia- le responden las chicas con amabilidad.
-¿Habéis dormido bien?

Las chicas asienten y Bea les hace un gesto para que se sienten para desayunar. Sus amigas obedecen y se sientan en las sillas alrededor de la mesa. 
A continuación empiezan a comer. Todas se han arreglado como han podido para bajar a desayunar. Se han cambiado la ropa y se han recogido el pelo. Pero siguen teniendo cara de zombis. Ángela no tiene mucha hambre, le duele la cabeza y la tripa de ayer por la noche. Menos mal que no está Sergio en casa, le daría mucha vergüenza que la viera así. Se ha hecho una coleta alta mal hecha y va vestida con unos shorts y una camiseta verde lima. Cuando las chicas han terminado de desayunar suben a la habitación de Bea a por sus cosas.

-¿No queréis quedaros a comer?- Pregunta Bea.
-Yo no puedo, tengo que ir al dentista.- Dice Ángela.
-Yo tampoco, tengo que acompañar a mi madre a comprar.- Se disculpa Miriam.
-Y yo tengo que hacer deberes.- Dice Silvia.
-Pues nada chicas, ¿nos vemos esta noche en el pub?
-Claro.

Las chicas salen de la casa de su amiga. Se despiden todas. Silvia sale por la puerta principal y Bea acompaña a Miriam y Ángela al jardín de atrás para coger su moto. 

Las chicas se suben en la vespa negra de Ángela y salen por la puerta del garaje. En la entrada se encuentran con Sergio. Miriam sonríe y Bea también lo hace desde el portal, que está observando la escena. Sergio saluda a las chicas de la moto con la mano y Miriam hace lo mismo. Ángela se limita a sonreír porque no puede soltar el manillar. 

CAPITULO 20



-Hola Sergio.- Le dice Bea a su hermano desde el portal.
-Hola hermanita.-¿Cómo te ha salido?
-¿Qué?
-El examen… ¿Cómo te ha salido?
-Ah, muy bien. En dos días sabré la nota.
-Bien.
-¿Ya se han ido tus amigas?
-Sí, no hicimos mucho ruido ayer ¿verdad?
-No, casi ni me enteré. ¿Cómo estuvo el juego de los secretos?
-Muy bien.- Dice su hermana y sonríe al pensar en lo que confesó Ángela anoche.
-¿Vais a ir al pub esta noche?- Pregunta Sergio.
-Sí, seguramente. -Está bien. Me gustaría hablar con una amiga tuya.- Dice Sergio.

Bea no puede creerse lo que acaba de oír.

-¿Qué? ¿Con que amiga? 

Los dos hermanos entran en casa y suben las escaleras en silencio para que su madre no se entere de nada. Sergio coge a Bea del brazo y la conduce hasta su habitación. Cuando entran dentro, Sergio cierra la puerta y le dice a su hermana:

-Ángela.

Bea al oír esto casi se desmaya. El corazón le va a mil por hora. ¿Por qué querrá hablar su hermano con Ángela? Bea está muy emocionada, pero debe mostrarse tranquila. 

-Y… ¿se puede saber por qué quieres hablar con Ángela?- Le pregunta tranquilamente.
-Pues… verás. Bea… porque… Ángela me gusta.- Dice su hermano un poco avergonzado.
-¿En serio?- Bea no puede creérselo.
- ¡Qué fuerte!- Dice Bea mientras piensa en cómo reaccionarán sus amigas cuando les cuente esto.

La chica empieza a reírse.

-¿De qué te ríes tú ahora?- Le pregunta Sergio un poco indignado.
-De ti, y de Ángela.
-No lo entiendo.
-Bueno, da igual Sergio. ¿Se lo vas a decir esta noche?
-Sí, no sé. ¿Tú qué piensas? ¿Crees que a tu amiga le gusto o algo?- Pregunta Sergio muy serio. 

Bea no sabe qué hacer. ¿Se lo cuenta o no se lo cuenta? Si se lo cuenta estará más tranquilo. Pues decidido.

-Sergio, tu también le gustas a Ángela. Así que esta noche ponte bien guapo y bésala.
-¿En serio? ¿Cómo lo sabes?
-Nos lo contó anoche. Está enamorada de ti desde hace mucho tiempo. Incluso desde antes de lo ocurrido en el cine.

Su hermano la escucha atónito. No se lo puede creer. ¡Le gusta a Ángela! Entonces no se hable más. Esta noche en el pub se lo confesará a Ángela por fin. 

-Está bien, Bea. Esta noche se lo diré. No le digas nada por favor.
-Está bien. Solo se lo contaré a las otras.
-No tienes remedio.

Su hermana se ríe y Sergio también. En verdad está muy nervioso. Esta noche tiene que ser perfecta.

CAPITULO 21



Cuando Ángela llega a su casa, se encuentra muy cansada. Al entrar por la puerta ve como su hermano está jugando a la play, como de costumbre, y su padre está leyendo el periódico. Los saluda con desgana y entra en la cocina, donde su madre está preparando la comida. 

-Hola mamá. ¿Qué hay para comer?
-Hola hija. ¿Qué tal en casa Bea? Hay tortilla y un poco de ensalada.
-Vale. Lo he pasado muy bien, pero no he dormido mucho y estoy muy cansada. 
-Si es que, os montáis unas juergas.
-Me voy a mi cuarto a pintarme las uñas. Cuando esté lista la comida me llamas.
-Vale cielo.

Ángela sube a su cuarto y se sienta en la cama. Saca su neceser lleno de pintauñas y escoge uno de color naranja clarito.A los diez minutos, su madre la está llamando para comer. Así que sale de su cuarto y se reúne con su familia en el comedor.

-Ángela, a las cuatro tienes dentista.
-Ya lo sé.
-Lávate bien los dientes.
-Sí mamá. ¿Tendré que ir sola otra vez?
-Sí, Ángela, ya eres mayorcita. Además tengo que llevar a Lucas al entrenamiento.
-Valeee.- Dice Ángela un poco molesta.


En casa de Bea

-Hola mamá.- Dice Sergio cuando entra en la cocina.
-Hola hijo. ¿Ya has llegado?
-Sí, hace un rato.
-Dime, ¿Qué tal el examen?
-Pues bien. Seguro que he aprobado.
-Así me gusta hijo. Venga llama a tu hermana y poner la mesa, que tu padre estará al caer.
-Vale mamá.

Beaaa!- Grita Sergio desde la escalera.
-¿Qué quieres?- Le contesta su hermana mientras sale de su habitación.
-¡A comeeeeeeeeeeeeeer!
-Ya voy.

Entre los dos hermanos ponen la mesa y ayudan a su madre a poner la lasaña en platos. Su padre entra por la puerta y saluda a su familia. Después todos se sientan alrededor de la mesa.

-¿Vais a salir esta noche?- Pregunta Ramón, el padre de los chicos.
-Si.- responden sus hijos a la vez.
-Pero si es lunes…- Dice su madre.
-Bueno, yo voy a ir al pub con mis amigos. Para celebrar que ya hemos terminado los exámenes.- Explica Sergio.
-Sí bueno, yo porque nos apetece y punto.- Dice Bea.

Después de comer, los dos hermanos se suben a la planta de arriba y se encierran en el cuarto de Bea para hablar. Ésta le da consejos a su hermano para acercarse a Ángela. Sergio la escucha atentamente. 

-¿Y si no sale bien?- Le pregunta Sergio muy preocupado.
-Que si, no seas tonto.
-¿Quieres que juguemos a la wiiAsí se pasará más rápido el tiempo.
-Está bien.- Le responde su hermana con una sonrisa en la cara.

Los dos bajan al salón y se ponen a jugar.


En casa de Miriam…


-Hola mamá.- Le dice Miriam a su madre cuando entra en casa.
-Hola hija, ¿Cómo lo habéis pasado?- Le pregunta Susana a su hija mientras le da de comer a Noa, la hermana pequeña de Miriam.
-Bien.

El padre de Noa y de Miriam murió hace cuatro años, el año en que la pequeña Noa nació.Su madre entró en una gran depresión cuando su marido falleció y no se ocupaba demasiado de sus hijas. Era su tía la que cuidó de ellas durante dos largos años. Noa era solo un bebé, y Miriam lo pasó muy mal, porque ya era mayor y sabía lo que estaba sucediendo. Veía a su madre llorando a todas horas. Miriam faltó todo un trimestre al instituto para ayudar a su tía a cuidar de su hermana pequeña. Fueron unos años muy difíciles para esa familia. Pero el año pasado todo empezó a mejorar. Susana empezó a ir al psicólogo y lo fue superando poco a poco.
Ahora su madre está mucho mejor. Sabe que debe ocuparse de sus hijas. Sobre todo de la pequeña, que solo tiene cuatro años.

-Cielo, yo y Noa ya hemos comido. Te he dejado un plato de espaguetis en la cocina. 
-Vale mamá, gracias.
-Cuando te los termines, nos iremos a comprar.
-Vale.


En casa de Silvia…


Cuando la chica entra en casa, se da cuenta de que no hay nadie. Se dirige a la cocina. Hay una nota encima de la mesa que dice: ‹‹Silvia, nos hemos ido a comer con los abuelos. Te he preparado un bocadillo vegetal. Está en la mesa del comedor. Te quiere, mamá.››
Silvia entra en el comedor, coge el plato con el bocadillo y se va al salón. Ya que no están sus padres, aprovechará para comer delante de la tele.El problema es que después tendrá que ponerse a estudiar.Cuando está a punto de meterse el último mordisco del bocadillo en la boca le suena el teléfono. Es Bea.

-Hola bea.
-Hola Silvia. No te lo vas a creer.
-¿El qué?
-¡Que a mi hermano le gusta Ángela!
-¡¿Qué?!
-Lo que oyes.
-Que fuerte. ¿Te lo ha dicho él?
-Sí, me lo ha confesado. Esta noche le dirá a Ángela lo que siente por ella.
-¡Que fuerte me pareceeee!- Grita Silvia desde el otro lado de la línea.
-Ya ves. Pero no le digas nada a Ángela, es una sorpresa.
-¿Se lo has dicho a Miriam?
-Le he dejado un sms porque tenía el móvil apagado.
-Yo creo que deberíamos contárselo a Ángela, pobrecita.
-No, mi hermano me ha pedido que no le diga nada.
-Está bien Bea. Nos vemos a las ocho. 
-Vale, pasaré a por ti.-De acuerdo, hasta después.
-Adiós.

Silvia cuelga el teléfono y lo deja sobre la mesa. Se termina su bocadillo y saca sus apuntes de inglés. ¡A estudiar!

CAPITULO 22



Ángela se lava los dientes y se vuelve a hacer la coleta. Odia ir al dentista. Ya hace casi un año que le han quitado el aparato, pero tiene que volver cada mes para que le hagan una revisión. No tiene ganas de ir, pero si no va su madre se enfadará mucho con ella. Se pone sus sandalias marrones, coge su bolso y sale de su casa. Para llegar al dentista ha tenido que caminar hacia la parada del bus, coger el autobús número 16 y después de diez minutos, se ha bajado y ha andado durante cinco minutos hasta llegar a la puerta. 
Está ya más de media hora en la sala de espera, no puede más. Se aburre, se aburre mucho. Saca su teléfono del bolso y llama a su amiga Silvia. 

-Hola Ángela, ¿Qué pasa?
-Nada, que me aburro. Estoy en el dentista, en la sala de espera.
-Jaja, en las salas de espera no se puede hablar por teléfono. ¿No hay ningún cartelito?

Ángela desliza la cabeza hacia la derecha y ve un cartel con una señal que prohíbe los teléfonos móviles.

-Vale, ya lo he visto. Pero necesitaba hablar con alguien.
-Pues dime. 
-¿Tú crees que debería lanzarme y hablar con Sergio?

Silvia se queda paralizada al otro lado del teléfono. Se le cae al suelo el libro de inglés, intenta cogerlo al vuelo, pero falla.

-¿Qué ha sido eso?- le pregunta Ángela un poco preocupada.
-Nada, se me ha caído un libro.
-¿Estabas estudiando?
-Sí.
-Bueno, dime lo que piensas…
-No sé, Ángela. Tú esta noche ponte muy guapa para llamar su atención. Seguro que él te dice algo.
-Ya… no creo.
-¡Que si! Pasamos nosotras a por ti.
-Está bien…

Antes de terminar la frase, la dentista de Ángela se para delante de ella y le dice: 

-Es tu turno, y aquí no se puede hablar por teléfono.- Le dice mientras les señala el pequeño cartel que hay al lado de la ventana.
-Ah, sí. Vale…- balbucea Ángela.

Ángela vuelve a acercarse el teléfono a la oreja y le dice a su amiga:

-Silvia, tengo que colgar. Venid a las ocho a mi casa.
-Vale, adiós.

Ángela cuelga inmediatamente y se coloca al lado de su dentista. Ésta le hace un gesto para que la siga y Ángela obedece. Le cae muy mal su dentista. Es muy seria. Siempre la regaña por todo: porque no se lava los dientes, porque no se pone el aparato que tiene que ponerse por las noches… Siempre está igual esa mujer. Es una pesadilla. 
Ángela entra en la pequeña sala y no sale de allí hasta después de quince minutos.
Cuando sale, la recepcionista le comunica a Ángela que debe pagarle veinte euros. ‹‹Hay que ver como se pasan, si solo me ha hecho una revisión.›› piensa la chica mientras saca de su monedero un billete de cincuenta. Se lo entrega a la recepcionista y ésta le devuelve el cambio.Ángela se despide y sale del dentista de mal humor.
Se han hecho las seis y media. Tendrá que darse prisa para llegar a casa.

CAPITULO 23



Miriam acaba de llegar de hacer la compra. Son las siete de la tarde. Mientras sube las escaleras piensa en todo lo que tiene que hacer antes de las ocho y se agobia.
Se mete en su cuarto, coge la ropa que se pondrá esa noche y entra en el cuarto de baño rápidamente.
Una vez dentro, enchufa su iPod y escoge una lista. Es una lista que hicieron la semana pasada ella y Bea. Se llama ‘verano 2012’, allí están todas sus canciones favoritas del momento. Pone una canción aleatoria y suena The A team, de Ed Sheeran. No se la sabe muy bien, pero no tiene tiempo de ponerse a pensar en las canciones ahora. Se desnuda lo más rápido que puede y entra en la ducha. 


En casa de Bea


Bea acaba de salir de la ducha. Ha estado toda la tarde jugando al mario kart con su hermano. Estaba muy cansada, pero la ducha la ha tranquilizado un poco. Se desenreda el pelo delante del espejo. Se mira durante un rato. Es muy guapa, pero ella siempre consigue verse algún defecto. Se seca un poco su preciosa melena rubia. Se tintó el pelo hace dos meses. Sus amigas le dicen que le queda mejor el pelo rubio que castaño. Pero a ella no le convence, cuando se le vaya el rubio, se dejará otra vez su color.

Sale del baño y entra en su habitación. Se viste con un vestido rosa palo muy corto, que por detrás cae un poco más abajo que por delante, como si fuera una cola. Justo debajo del pecho se ajusta un cinturón negro. A las chicas les gusta mucho arreglarse para ir al pub. Es como una discoteca que abre también entre semana, solo en verano. Se calza unas sandalias negras y se pone varias pulseras en su muñeca. Vuelve otra vez al baño y se pone un poco de rímel en los ojos y un poco de pintalabios en los labios. Es el momento de llamar a su amiga Silvia.

-Silvia, ¿Ya estás lista?
-Sí. Ven ya.

Bea cuelga el teléfono, coge su bolso y sale de casa. En cinco minutos llega a la casa de su amiga. Se detiene delante de la puerta y llama al timbre. Mientras espera a Silvia en la puerta, Bea se pone a pensar en su hermano. ‹‹ ¿Cómo se habrá vestido?, ¿Le dirá esta noche lo que siente a Ángela?, ¿Cómo reaccionará Ángela? ›› 
Silvia sale de su casa e interrumpe los pensamientos de su amiga.

Vayaa, que guapa te has puesto!- Le grita Bea desde la escalera.
-Vamos, no es para tanto…

La verdad es que Silvia se ha puesto guapísima. Se ha vestido con una falda de tubo negra corta y una camiseta de estampado africano, con tonos marrones y las sandalias del mismo color.
Las dos bajan juntas las escaleras del portal. Silvia se detiene en el último escalón y le dice a su amiga:

-Tú sí que estás guapa, guapa no, estás cañón. 

Bea se ríe y le da una palmada en el culo a su amiga.

-Entonces las dos estamos cañón.- Le dice Bea a Silvia.
-¡Pues abran paso que allá vamos!- grita Silvia mientras da un pequeño salto para bajar el último escalón.

Las dos amigas se van dando saltitos a por Miriam y Ángela.En casa de Miriam…
Son las ocho ya y ella sigue secándose el pelo. Ya se ha vestido, pero tiene que plancharse el pelo todavía. Se ha vestido con unos shorts negros y una camiseta blanca con estampado de flores. En esos momentos apaga el secador y enchufa la plancha. Mientras se calienta va a su cuarto, coge el bolso y se pone sus sandalias negras. Vuelve al baño y ahora sí, se plancha el pelo. Lo tiene muy finito, así que en cinco minutos lo tiene planchado como una tabla. Es de un color marrón chocolate, ondulado y lleva flequillo de lado. Sigue con la plancha en la mano. Ahora se plancha el flequillo y se lo tira para atrás.

De repente suena el timbre. Miriam corre hacia el salón y se despide de Noa y de su madre. Les da un beso a las dos y sale de su casa.
Sus amigas están sentadas en el escalón del portal de Miriam. Éstas se levantan cuando la ven salir. 

-¡Qué guapas chicas!- Grita Miriam mientras les hace un gesto a sus amigas para que se den prisa.
-La guapa eres tú.- le aclara Bea.
-De eso nada.

CAPITULO 24



En casa de Bea

Sergio se levanta de la cama sobresaltado. Ha recibido un mensaje de Álvaro y le ha despertado. Cuando ha terminado de jugar a la wii con su hermana se ha ido a su habitación y se ha quedado dormido. Se ha despertado a las ocho de la tarde por culpa del sonido del sms.

Al ver la hora que es, Sergio se levanta de un salto y se dirige a la cocina. Su madre le ha preparado un bocadillo. Se lo come a toda prisa y vuelve a subir para arreglarse un poco.

Se ducha, se seca el pelo y sale del cuarto de baño. Una vez en su habitación, abre el armario y escoge unos vaqueros oscuros y una camiseta blanca. Revisa su teléfono y comprueba que sonlas nueve menos cuarto. Su amigo estará al caer. 


En casa de Ángela…


Ángela ya está arreglada. Se ha puesto una falda ancha rosa clarito y una camiseta blanca de tirante. Y de complementos se pone dos pulseras de color dorado, el collar que compró de Italia, unas sandalias marrones y un bolso del mismo color. Se ha ondulado su pelo rubio y se ha recogido un mechón de pelo con una trenza, que se la ha sujetado con un ganchito. Se sienta en el sofá mientras espera a sus amigas. Observa a sus padres mientras comen. Hoy comerán solos. Su hermano Lucas se ha ido a cenar a casa de un amigo y ella cenará en el bar de la esquina con sus amigas. De repente oye el timbre. Se despide de sus padres y sale de casa.

-¡Hola chicas!- Les saluda Ángela desde la puerta.
-Vaya, ¡Menudo bombón!- Grita Miriam.
-Venga, dejémonos de tonterías y vamos a cenar, que tengo un hambre.- Protesta Ángela.
-Estoy de acuerdo.- Dice Silvia.

Las cuatro amigas caminan por la misma calle hasta llegar a la esquina. Allí está el bar preferido de las chicas. Se llama ‘La Esquinita’, no es muy original, ya que el bar hace esquina y es un poco lógico. Pero bueno, el nombre no importa, lo que importa es que la comida está muy rica y las chicas van allí muy a menudo.
Entran en el bar y saludan al cocinero, Roberto. Éste ya las conoce porque van casi todos los fines de semana. Le sorprende un poco verlas por allí un lunes. Roberto las saluda con la mano y les señala una mesa. Las chicas se sientan en la mesa que está justo al lado de la ventana. Es su preferida porque desde allí pueden ver la calle y a la gente que pasa por allí. Piden los bocadillos al camarero y en cinco minutos se los traen.
En una hora, las chicas han terminado de cenar. Pagan cada una su parte al camarero y salen del Bar ‘La Esquinita’. Son las diez menos cuarto, todavía es un poco pronto. Así que deciden ir un rato al parque a esperar a que se hagan las diez.

Álvaro aparca su coche delante del pub. Él y Sergio se bajan de Ford tambaleándose y entran en el local. Acaban de llegar de un botellón que han hecho con todos sus amigos y van un poco mareados. Ahora se reunirán todos en el pub. Sergio y Álvaro se encuentran con Silvia y con Manu dentro. Solo han cogido dos coches, y han decidido que vayan dos personas en cada coche. Jesús no ha ido al botellón porque tenía clase de música del conservatorio. Llegará un poco más tarde al pub.

-¿Vamos a por bebida?- Pregunta Celia mientras se levanta del sillón en el que estaba sentada.
-Vale.- Dice Manu, que también se levanta. 

Los cuatro chicos se dirigen hacia la barra. Una vez han pedido las bebidas se van hacia la pequeña pista de baile que hay en medio del local. Parece una discoteca. 
Para ser lunes hay bastante gente en el pub Coral. Sergio está como ausente. Mira de un lado a otro para ver si está ya Ángela por allí. Nada.

Álvaro comprueba que su amigo está muy nervioso, así que lo coge del brazo y se alejan un poco del grupo.

-Ey tío, ¿Estás bien?
-Sí, ppp...pero no, no encuentro a Ángela.- Balbucea Sergio.
-Estás muy borracho. Deberías esperar…
-Quiero decirle que la quiero.- Protesta Sergio.
-Sigo pensando que deberías esperarte un poco.

En ese momento se abre la puerta del local. Sergio y Álvaro dirigen la mirada hacia allí. Sergio comprueba que es su hermana y sus amigas las que están entrando por la puerta del pub. Están saludando al portero. A continuación las chicas bajan las escaleras poco a poco. Sergio siente que el corazón se le va a salir del pecho cuando ve a Ángela. Está guapísima. Con el pelo ondulado y una ligera capa de maquillaje. 

Sin darse cuenta, se le cae un poco de bebida de su copa en la camiseta. Se había quedado embobado mirando a Ángela y no se percataba de que se estaba inclinando la copa que tenía en la mano. 

-Sergio, ¿Qué has hecho? ¡Te has manchado todo!- Le dice Álvaro cuando ve que su amigo tiene una mancha roja de vodka que le ocupa gran parte de su camiseta blanca.
-Ehh… no sé que me ha pasado. Dios, ¡estoy horrible!
-Tranquilo, no se nota mucho.- Miente Álvaro.
-Pero si acabas de decirme que…
-¡No se nota!
-Vale.

Las chicas se van hacia la barra y se piden una copa de ron con coca cola cada una. Después se van a la parte trasera del pub y se sientan en los sillones. Ángela echa un vistazo por todo el local. No le ve. ¿Y si no ha ido? Se está empezando a preocupar. Le encanta verle cerca, si no le ve se pone nerviosa. Aunque sepa que ella no se va a lanzar jamás, le gusta hacerse un poco la tonta cuando está delante de él. 
Sus amigas la miran. Todas saben las intenciones que tiene el hermano de Bea con Ángela, pero ella no lo sabe. 

-Ángela, ¿Qué te ocurre?- Dice al fin Bea.
-Emm, nada.- Miente la chica.

Las chicas están unos diez minutos hablando, entonces se les acerca el camarero y les invita a unas cuantas rondas de chupitos. Las chicas aceptan. Les cae muy bien ese señor, siempre las invita.

Después de ponerles tres rondas de chupitos a las chicas, el camarero se aleja y éstas continúan hablando. Ángela se levanta de su sillón y dice:

-Chicas, voy al baño, ahora vuelvo.
-Vale.- Le responden sus amigas.

Cuando está casi delante de la puerta del baño comprueba que Sergio y su amigo están saliendo de allí. Ángela se pone muy nerviosa. Le entran muchas ganas de vomitar, pero respira hondo una vez tras otra, y al final consigue sonreír. 

-Hola Ángela.- Le Saluda Sergio.

Ángela no sabe cómo reaccionar, le ha dicho ‘hola’. Está borracho, muy borracho. Se le ha notado en la voz. Además tiene una gran mancha de vodka en su camiseta.

-Hola Sergio.- ésta se acerca al chico y le da dos besos en las mejillas. 

El amigo de Sergio ha desaparecido.
Ambos se quedan callados durante unos segundos. Tienen tanto que decirse… 

-Bueno, hasta luego.- Se despide Ángela. 

Y corriendo, ésta se mete en el baño. Sergio ha perdido una gran oportunidad para confesarle lo que siente a Ángela

CAPITULO 25



Dentro del baño, Ángela se mira en el espejo. El corazón le late muy deprisa, tiene las mejillas ardiendo, así que se las moja un poco con agua. A continuación, saca de su bolso un pequeño neceser y se aplica un poco de rímel en las pestañas y se pinta los labios de color rosa fucsia con un poco de brillo. Se acicala un poco el pelo y abre la puerta.
Cuando sale alguien le coge del brazo y la estira hacia él.

-¡Sergio!- Dice Ángela un poco sorprendida.
-Hola Ángela...- Dice el chico tartamudeando un poco.
-¿Qué quieres?- Le pregunta la chica. 

Está nerviosa, muy nerviosa.
Entonces sin esperárselo, Sergio la coge por la espalda y la empuja hacia él. Están muy cerca el uno del otro. Sienten los latidos del corazón de cada uno. Sergio acerca su cara hacia la de Ángela, están cada vez más cerca. A la chica le tiemblan las piernas, siente que va a derrumbarse entre sus brazos. Su boca está a milímetros de la de Sergio. Entonces sus labios se juntan. Se besan durante unos segundos. Pero Sergio desliza su mano por la espalda de Ángela. Esto hace que Ángela se estremezca, y sin querer le muerde el labio al chico. A continuación se separa de él. 

-Lo siento.- Se disculpa el chico.

Ángela le mira a los ojos. Está muy borracho. Se arrepiente tanto de ese beso. El beso que tanto tiempo había estado esperando, el beso que tanto deseaba, no ha sido como ella quería. Él está borracho y ella tampoco es que vaya muy sobria. Piensa que ha sido un arrebato que ha tenido el chico. ¿En cuantas chicas se habrá liado en una discoteca? Sea como sea, ella no deseaba que ese beso fuera así, tan sucio. ¡Si hasta le ha tocado el culo! Ella deseaba que fuera algo más romántico. Que él le mostrara sus sentimientos, pero no ha sido así. Piensa que Sergio no siente nada por ella, que la ha besado por simple atracción. A Sergio le empieza a sangrar el labio. Ángela sigue mirándolo, y sin querer la chica empieza a sollozar y sale corriendo de allí. Se siente humillada. No puede creerse lo que le ha pasado. El chico que le gusta la ha besado, pero de una forma muy descarada. Se siente muy mal. Sergio va detrás de ella, pero la pierde de vista cuando entra en la pista de baile.

Ángela vuelve al lugar donde están sus amigas. Éstas cuando la ven llorando se levantan de los sillones y se dirigen hacia ella.

-¿Qué te ha pasado?- Le pregunta Miriam.

Todas miran a Ángela, pero ésta no contesta. Sigue llorando. Silvia le coge del brazo y le hace un gesto para que se siente en un sillón. Ángela coge un chupito que quedaba sobre la mesa y se lo acerca a los labios, pero la mayor parte del contenido se derrama sobre su falda. 

-Cielo, ¿Qué te ha ocurrido?- Le pregunta con una voz dulce Bea, que le acaricia el pelo.
-Os voy a parecer una tonta…
-Eso jamás.- Dice Silvia.

Todas se han arrodillado delante de ella, alrededor del sillón en el que está sentada.

-Sergio, me ha besado.- Dice ella. Entonces le vuelve a caer otra lágrima, que se desliza por su mejilla rápidamente y termina en su falda.
-Pero… ¿Cuál es el problema?- Le pregunta Bea muy sorprendida.
-Pues, que no ha sido como yo pensaba, ha sido muy sucio. No le gusto, solo ha sido un arrebato.
-No cielo, no digas eso.- Le dice Miriam para consolarla.

Entonces aparecen delante de ellas Mercedes y sus secuaces. El grupo de las princesas del instituto. 

-Vaya, la llorona ya está llorando.- Dice Mercedes.

Entonces Bea se levanta y pone cara de asco a las recién llegadas.

-¿Qué queréis?- Le pregunta ésta con mala leche.
-Nada, pasábamos por aquí y hemos visto a la tonta llorando.
-¡La única tonta que hay por aquí eres tú! ¡Tan tonta que os ponéis tú y tus amigas, ‘las princesas’ como mote! - grita Miriam.
-No me hagas reír, venga. Sé que os encanta nuestro mote. Pero si Ángela y yo somos grandes amigas.- Dice Mercedes.

Entonces, por detrás de las chicas aparecen Sergio y Álvaro.

-¿Qué te ha pasado preciosa? ¿Te has hecho pis encima?Dice Mercedes mientras señala la falda de la chica, que está mojada de vodka. Entonces Ángela deja de llorar, y al ver que Sergio está allí, se levanta muy deprisa y se va corriendo hasta salir del local. Sus amigas le siguen.

-Chicas, no me encuentro bien, me voy a casa.- Dice Ángela.

Ésta se echa a llorar de nuevo. Sus amigas la abrazan y la acompañan a su casa.

-Ángela, que no te afecte lo que diga la estúpida de Mercedes.- Le dice Silvia.

Ángela asiente y sonríe. Pero por dentro está hecha polvo. Ella piensa que si que es tonta, por todo lo que ha pasado esta noche. Se siente la chica más tonta y estúpida del mundo. Le gusta mucho Sergio, pero lo que ha hecho no tiene nombre.Cuando llegan al portal de la casa de Ángela, todas se despiden de ella y le dan un beso.

-Anímate cielo, que no ha sido para tanto.- Le dice Bea.

Ángela asiente y entra en su casa. Son las doce de la noche. Es más pronto de lo habitual.

Las chicas deciden volver al pub y aclarar las cosas con Sergio.

CAPITULO 26



Sergio está muy decepcionado consigo mismo. Le ha salido todo mal esta noche. Seguro que Ángela no vuelve a dirigirle la palabra. 
Jesús acaba de llegar al pub y se ha reunido con sus amigos, que están todos sentados en la barra. Sergio está ausente y Álvaro, que es el único que sabe todo lo que ha pasado, de vez en cuando le da unos golpecitos en la espalda.

-Joder, Sergio. ¡Anímate! Que seguro que se le olvida.- Le dice Álvaro al oído de su amigo.
-No sé, Álvaro. Me he lanzado demasiado pronto. Tendría que haberle dicho lo que sentía por ella antes de besarla. 
-No te preocupes, si te quiere, se le olvidará. Mañana hablas con ella y punto.
-Está bien.- Dice Sergio, que se bebe el último trago de su copa.

En ese instante algo le golpea en el hombro. Es su hermana. Detrás de ella están Silvia y Miriam, pero ni rastro de Ángela.

-Quiero hablar contigo.- Le dice Bea a su hermano.

Éste se aleja del grupo y se va con su hermana a la parte de los sillones. Sus amigas los han dejado solos para que puedan hablar.

-Sergio, ¿Qué ha pasado? ¿Qué es esa mancha? Y, ¿Por qué te sangra el labio?- Le pregunta Bea.
-Bea, respira. Soy un inútil. Me he manchado con vodka y Ángela me ha mordido. ¿Responde eso a todas tus preguntas? 

Su hermana le mira atónita.

-¿Qué Ángela te ha mordido? ¿Por qué?
-Verás…
-Estás borracho Sergio. Has bebido mucho, ¿no?
-Bueno, un poco. 
-Pero ¿qué ha pasado con Ángela? ¿Por qué estaba llorando? Y ¿Por qué te ha mordido?
-A ver, nos estábamos besando, bueno la he besado y luego lo he fastidiado todo…
-¿Por qué?
-Porque le he tocado el culo.
-¿Qué le has tocado el culo?- Grita Bea

Grita tan fuerte que hasta sus amigas que están a unos diez metros de ellos le oyen.

-Sí, no sé porque lo he hecho. Soy un imbécil.
-Sí que lo eres. ¿No ibas a decirle lo que sentías por ella?
-Sí, pero no sé lo que me ha pasado, Bea.
-Bueno, no pasa nada. Mañana hablas con ella.
-Sí, lo haré.

Bea se despide de su hermano y las tres amigas salen del pub. Es hora de irse a casa. 
Durante el trayecto, Bea les cuenta toda la conversación que ha tenido con su hermano a sus amigas. Éstas están muy sorprendidas. No pueden creerse lo que ha hecho Sergio.


En casa de Ángela…


Ángela entra de puntillas en su casa. Ya ha dejado de llorar, pero tiene gran parte de sus mejillas llenas de rímel. Quería pasar desapercibida, pero sus padres están en el salón viendo la tele. Sin girarse hacia ellos les dice:

-Hola, ya he vuelto.
-Que pronto has vuelto, hija. ¿Ha pasado algo?- Le pregunta su madre.
-No, nada. Nos aburríamos.- Miente Ángela. -Me voy a dormir que estoy cansada.
-Vale, no hagas mucho ruido que tu hermano ya está durmiendo.
-Vale, buenas noches.- Se despide Ángela.
-Buenas noches, hija.- Le dicen sus padres a la vez.

Ángela sube las escaleras lo más rápido que puede. Menos mal que sus padres no le han visto la cara. Está hecha un desastre.

Entra en el baño y cierra el pestillo. Se mira en el espejo, coge una toallita y empieza a desmaquillarse. A continuación se lava la cara con agua fría y se la seca con una toalla. Sale del baño y entra en su habitación.

Se quita la ropa y se pone el pijama. Se sienta sombre la cama y a continuación se tumba. Se pasa un buen rato pensando en lo ocurrido esa noche. Cree que ha sido un poco tonta por llorar. Después de todo no ha sido para tanto. Sergio la habrá visto como una cría, y al pensar esto le vuelven a salir las lágrimas. ‹‹he sido una estúpida, ¿Quién llora por que le toquen el culo? ›› Las lágrimas se deslizan por su mejilla una tras otra. No puede parar de llorar. ‹‹ Ojalá no me hubiera apartado, pero iba borracho. No me quiere en realidad.›› piensa. Está muy confusa. No sabe con qué intenciones lo ha hecho realmente Sergio. Entonces suena un pitido que la saca de sus pensamientos. Un mensaje, ¡es de Sergio! Ángela abre rápidamente el mensaje y lo lee en voz baja: ‘Ángela, siento lo que ha pasado esta noche. Soy un imbécil. ¿Podemos hablar mañana? Tengo que hablar contigo. De verdad que lo siento mucho. ¿Te parece bien que quedemos mañana a las doce en el parque de delante de tu casa? Un beso, Sergio.’

CAPITULO 27



Ángela se queda de piedra. No se puede creer que quiera hablar con ella. ¿Qué querrá decirle? Ésta empieza a ponerse un poco nerviosa. No puede dormir. Está una hora dando vueltas en la cama. Al fin decide contestarle al mensaje: ‘Sergio, yo también he sido un poco tonta. Soy una cría. Está bien, mañana a las doce. No llegues tarde. Un beso, Ángela.’ Lo lee dos o tres veces antes de enviarlo y apaga la luz de su habitación. Ahora sí que consigue dormirse.


En casa de Bea


Sergio le ha enviado un mensaje a Ángela hace una hora y no le ha contestado. Está nervioso. ‹‹Quizá esté durmiendo… O quizá se haya enfadado de verdad conmigo.›› piensa él.

Entonces suena su teléfono. ¡Es Ángela! Por fin le ha respondido.
Abre el mensaje lo más rápido que puede y lo lee. ¿Le contesta o no le contesta? No sabe lo que hacer. Ella no ha tenido la culpa de nada. Entonces decide escribirle: ‘Ángela, no eres una cría, para nada. Toda la culpa ha sido mía. Ya hablamos mañana. Un beso.’ Enviar. Después de estar media hora pensando en Ángela y en lo que va a decirle mañana, Sergio se duerme.

A la mañana siguiente se despierta muy cansado. Son las once. Tiene una hora para prepararse. Se pone unas bermudas, una camiseta azul marino y baja a desayunar. Su hermana está viendo la tele y su madre está fregando los platos.

-Buenos días hijo.- Le dice Antonia.
-Buenos días mamá.
-¡Que mala cara tienes! ¿Bebiste mucho anoche?
-Solo un poco, mamá.

Al oír esto, Bea se ríe. 

-Buenos días, hermanito.- Le dice ésta desde la otra punta del salón.
-Hola Bea.

Su madre entra en la cocina para prepararle unas tostadas y café a su hijo, y mientras tanto los hermanos aprovechan para hablar. 

-He quedado ahora con Ángela.
-¿Qué me dices? ¿En serio?
-Sí, voy a disculparme en persona.
-Vale, no la cagues.
-Lo intentaré. ¿Algún consejo?
-No le toques el culo. 

Ambos ríen, pero en verdad a ninguno de los dos les parece gracioso. 

-No lo haré.
-Sergio, sabes que Ángela es muy tímida y no le gustan los tíos tan lanzados.
-Lo sé. 

Entonces aparece su madre con un plato en una mano y una gran taza de café en la otra.

-Vamos hijo, a desayunar, que se te va a enfriar.
-Sí mamá.

Sergio obedece y se sienta en la mesa a desayunar. Su hermana le observa.


En casa de Ángela…


Ángela se despierta un poco desorientada. Todo lo que ocurrió ayer le parece un sueño, bueno, más bien una pesadilla. Se levanta poco a poco de la cama. Entonces lo recuerda, ¡Ha quedado con Sergio a las doce! Alarmada, Ángela corre hacia su móvil y comprueba que son las once y media. ¡Lo había olvidado por completo! Ángela sale al pasillo. Va a entrar al baño pero está cerrado.

-¡Lucas, sal del baño ya!- Le grita su hermana desde el pasillo.
-Ahora no puedo salir.- Se queja éste.

Ángela, furiosa, entra en su habitación de nuevo. Abre el armario. Se viste con unos shorts amarillos, una camiseta rosa clarito de tirante y sus vans rosa del mismo color que la camiseta. Entonces oye el ruido de la cisterna y sale rápidamente al pasillo. Le da una colleja a su hermano, que acaba de salir del baño y se encierra allí dentro.

Se lava la cara, se peina conforme puede, se lava los dientes y sale dando saltitos. Está realmente nerviosa. Baja corriendo a la cocina, se coge un cruasán que hay encima de la mesa y sale disparada de casa. Las doce y tres minutos. Se guarda el móvil en el bolsillo y se mete un trozo de cruasán en la boca. No tiene nada de hambre, tiene el estomago cerrado. Así que cuando pasa por el lado de un basurero, tira el cruasán. Entonces acelera un poco el paso. Se está retrasando.

Cuando gira la esquina entra en el parque y lo ve sentado en un banco. Está de espaldas.

Un escalofrío le recorre todo el cuerpo. Piensa en volverse a casa, pero tiene algo que decirle y quiere saber lo que es. Así que Ángela respira hondo y se acerca hasta el banco donde está Sergio.

CAPITULO 28



-Hola Sergio.- Le dice Ángela mientras se sienta a su lado. 
-Ah, Hola Ángela, no te había visto.
-Bueno, es que he venido por ahí detrás…

Silencio incomodo.

-Bueno, Sergio, ¿Qué querías decirme?

Sergio al oír eso baja de las nubes y le responde:

-Demos un paseo.

La chica obedece y se pone en pie a su lado. Los dos pasean por las calles sin rumbo.

-Bueno, lo primero, siento mucho lo que te hice ayer… bebí más de la cuenta. No debería haberte tocado…
-No te preocupes.- Le interrumpe Ángela.- No fue para tanto, yo soy una exagerada.

Sergio le mira a los ojos. Esto hace que Ángela se estremezca. Le gusta tanto.
Los dos se detienen. Sergio se pone en frente de ella.

-Ángela, ayer fui un imbécil, y lo estropeé todo, ¿sabes por qué? Porque llevaba mucho tiempo esperando ese momento y va y yo, como siempre la cago. Me gustas, Ángela. Me gustas desde hace mucho tiempo y sé que tú eres muy tímida, pero también sabía que tú sentías algo por mí. Me lo contó mi hermana. No la culpes, yo se lo conté primero…


Ángela está de piedra. No puede creérselo. Se le está declarando. Como ésta no dice nada, Sergio vuelve a tomar la palabra:

-Y entonces yo ayer, quería que fuera especial, durante todo el día pensé en cómo podía decírtelo, mi idea era contarte lo que sentía por ti, Ángela, créeme. No quería besarte, bueno si quería, pero quería esperarme porque eres muy especial, pero se me fue de las manos y lo estropeé como siempre lo ha…

Ángela decide interrumpirle:

-Te quiero, Sergio. ¡Bésame ya!- Le pide ésta.

Entonces el chico sonríe y se acerca poco a poco hacia ella. Le coge de la cintura y la empuja hacia él. Le aparta el pelo de la cara y le besa tan apasionadamente que hace que un escalofrío le recorra todo el cuerpo a Ángela. Ambos se sienten felices. Se dejan llevar. Entonces Sergio se separa y le dice al oído a Ángela: 

-Yo también te quiero.

Entonces, Ángela le abraza y coloca su cabeza sobre sus hombros. Está muy feliz. Al igual que Sergio. Que la abraza con todas sus fuerzas. Entonces éste le susurra al oído: 

-¿Vendrás a la casa de la playa de mi tía mañana? Yo estaré.

Ángela se sorprende. No se acordaba de eso, ni se lo ha preguntado a sus padres. 

-Bea me ha dicho que Miriam y Silvia sí que van. Faltas tú.- Le dice el chico.
-No me he acordado de preguntárselo a mis padres.
-Pues vamos ahora mismo. Tendrás que prepararte la maleta.
-Está bien, vamos.- Le dice Ángela con una sonrisa en la cara.

Entonces el chico se acerca a ella y vuelve a besarla. Cuando se separan, Sergio, la coge de la mano y caminan hacia la casa de Ángela.

Ángela llama al timbre de su casa. Se le ha olvidado coger las llaves.

-Hola hija, y… hola Sergio.- Carmen se sorprende al ver a su hija y a Sergio cogidos de la mano.- Pasar. 
-Mamá, tengo que preguntarte algo. ¿Papá no está?
-Sí, ahora sale, está duchándose. Pasar y sentaros en el sofá.
-Vale.- Le dice Ángela.

Ángela y Sergio siguen cogidos de la mano. Ángela no le soltaría por nada del mundo, le encanta estar así. Está como en una nube.

En esos momentos sus padres bajan por la escalera. Carmen le ha contado a Pedro que su hija y Sergio van cogidos de la mano y se temen lo peor. A Carmen se le ha ocurrido pensar que su hija está embarazada.

Ambos entran en el salón y se sientan en el sofá de al lado del que están sentados los chicos.

-Bueno, ¿Qué querías decirnos?- Le dice su madre muy preocupada.
-Mamá, no es nada serio, no te preocupes.- Le tranquiliza su hija, que se ha dado cuenta de que su madre está muy tensa.
-Tú y Sergio, ¿Sois novios?- Le pregunta el padre de la chica mientras le señala sus manos, que siguen unidas.
-Sí.- Responde el chico.

Entonces Ángela le mira y le sonríe. Ya le considera su novia, y le encanta. Sus padres se sorprenden. No se habían imaginado nunca que a su hija le gustara el hermano de una de sus mejores amigas. Además los padres de Ángela y los de Sergio son amigos, y en las cenas que han hecho, nunca se habían dirigido la palabra. Ambos son muy tímidos.

-Me parece muy bien.- Dice su madre, que ya está más tranquila.- Hacéis muy buena pareja.

Ángela y Sergio se sonrojan. 

-Mamá, papá, ¿puedo irme tres semanas a la casa de Bea? Es que su tía se va de viaje y le ha pedido que se quede en su casa de la playa y nos ha invitado a ir allí. 
-¿Tres semanas?- pregunta Carmen un poco sorprendida.
-Eso es mucho tiempo, hija.- Le dice su padre.
-Ya, pero todas mis amigas van a ir. Por favor, dejarme ir. Quiero pasármelo bien con mis amigas. Por favoooor.- Les pide Ángela.
-Ahora volvemos.- Le dice Pedro a su hija mientras coge a Carmen del brazo.- Vamos a hablarlo.

Y sus padres desaparecen del salón.


CAPITULO 29



Sergio mira a Ángela. Está un poco triste.

-Eh, venga. Que seguro que te dejan.
-No sé, Sergio. No parecen muy convencidos.

Entonces Ángela le mira a los ojos, es guapísimo. Todavía no se cree que el chico por el que ha estado colada durante tanto tiempo, sea al fin suyo. Esta vez es ella la que se acerca a besar al chico. Y cuando se separan aparecen sus padres otra vez en el salón.

-Hija, puedes ir.- Le dice su padre.

Ángela se levanta del sofá, está muy contenta. Es el mejor día de su vida. Abraza a su padre y luego a su madre.

-Cariño, te obligamos a venir con nosotros a Italia, ahora te toca pasártelo bien con tus amigas. ¿Cuándo te vas?- Le pregunta su madre.
-Mañana.
-¿Mañana?- Le preguntan sus padres a la vez.
-Sí. Voy a prepararme las maletas.

Ángela coge a su chico de la mano otra vez y ambos suben por las escaleras. Recorren el largo pasillo y llegan al cuarto de Ángela. Sergio se sienta en la cama. Y Ángela va al cuarto de los trastos para coger una maleta. Cuando entra en su habitación, pone la maleta en el suelo y empieza a meter ropa dentro. Su chico la mira embobado.

-No tienes que hacerlo ahora, tienes toda la tarde.
-Tienes razón. ¿Vamos a dar una vuelta?
-Yo ya he pasado el mal trago, ahora te toca a ti.- Le dice el chico con una sonrisa en la cara.
-¿A qué te refieres?- Le pregunta Ángela un poco confusa.

El chico se acerca a ella y le ayuda a levantarse del suelo. La coge por la espalda y le empuja hacia él. Acerca su cara a la suya y le dice muy bajito:

-Vas a conocer a mis padres.

Ángela al oír esto empieza a reírse.

-Me pregunto cómo serán…-Bromea la chica.

Entonces se pone de puntillas y le besa en los labios. Sergio le acaricia el pelo.

-Pues vamos. Seguro que se alegran mucho de conocerte.

Ángela conoce a los padres de Sergio muy bien. A parte de que son muy amigos de sus padres y les ha visto más de mil veces en las cenas que han organizado, también los conoce por BeaLos dos salen de la habitación, se despiden de los padres de Ángela y salen por la puerta.


En casa de bea


-Bea, ve a comprar tomate para los espaguetis, que se me ha olvidado.
-Vale, ya voy.

Bea entra en la cocina con desgana y su madre le da un monedero.

-Con lo que hay ahí tendrás bastante. Venga, no tardes.
-Que nooooo.- Le dice Bea.

A continuación sale por la puerta de la casa.

Dos minutos más tarde entran Sergio y Ángela por la puerta.

-Mamá, ya estoy en casa.

Antonia, al oír la voz de su hijo, sale de la cocina. Entonces se da cuenta de que está Ángela con él.

-Ángela, cielo. Bea acaba de salir a comprar, no tardará mucho.
-Verás, mamá… Ángela no ha venido por Bea, ha venido… por mí.
-¿Cómo que por ti?- Le pregunta Antonia sorprendida.
-Mamá, Ángela y yo estamos saliendo.- Le aclara su hijo.
-¡Ay dios mío!. ¿En serio? Voy a llamar a Carmen en seguida. Menudo notición.
-Mamá, cálmate. Su madre ya lo sabe.
-Y tú ¿Cuando pensabas decírmelo?- Le pregunta su madre algo molesta.
-Estamos saliendo desde esta mañana.
-Ah… ¡Qué bien! Hacéis una bonita pareja, me alegro mucho…
-Mamá, respira. Te va a dar algo.

Ángela está un poco incomoda. Ahora entiende porque Sergio había pasado un mal trago al ‘conocer a sus padres'.

- Estoy bien hijo, pero Ángela, voy a llamar a tu madre en seguida. 

En esos momentos suena el teléfono.

-Creo que ella se ha adelantado.- Dice Ángela.

Sergio empieza a reírse y su madre desaparece. 

Ángela coge a Sergio de la mano y éste le guía hacia el sofá. Sergio enciende la tele. Están haciendo los simpsons, eso quiere decir que ya pasan de las dos. Entonces la madre de Sergio aparece en el salón de nuevo.

-Ángela, tu madre está encantada, ¡igual que yo!

Ángela y Sergio se miran y se ríen. Sus madres están como unas cabras locas.

-¿Te apetece quedarte a comer, Ángela?- Le pregunta Carmen a la chica.
-Em, tendría que llamar a mi madre…
-No hace falta, ella te deja.
-Vale, entonces vale.- Dice la chica.

Entonces entra Bea por la puerta, y al ver a su amiga allí, abre los ojos como platos.

-Ángela, ¿Qué haces aquí?

Bea se acerca al sofá y comprueba que Ángela y Sergio están cogidos de la mano.

-Oh, Dios, mío. ¡Qué fuerte! ¡Ya era hora!

Sergio se ríe y le da un beso a su chica. Bea hace como si se desmayara. Entonces llaman a Sergio por teléfono. Es Álvaro.
Sergio se levanta del sofá y sube a su habitación. Mientras Bea y Ángela se quedan hablando en el salón.

-¿Qué pasa, tío?- Pregunta Sergio.
-A ver, me ha dicho Celia que no podrá ir a la casa de tu tía, y Jesús tampoco puede. Pero dicen que vendrán alguna que otra tarde.
-Jo, qué pena. Está bien. 
-Entonces solo seremos tú, yo y Manu.
-De acuerdo.
-Oye, ¿Has hablado con Ángela?

Sergio, cuando oye su nombre no puede evitar sonreír.

-Sí, hemos hablado. ¡Estamos saliendo!
-¡Joder! ¡Por fin, ya era hora! 
-Ya hablamos esta noche, que está en mi casa.
-¿Ah sí?
-Sí, se queda a comer.
-Bien, hasta luego.
-Adiós